El contexto en el habla Pablo es para la iglesia de Corinto, ya que muchos dudaban de su autoridad como apóstol y él empieza a decir que él es esclavo de Jesucristo renunciando a sus derechos y compartiendo las buenas nuevas de salvación con toda persona y me encanta cuando él dice “…predicar la Buena Noticia no es algo de lo que pueda jactarme. Estoy obligado por Dios a hacerlo. ¡Qué terrible sería para mí si no predicara la Buena Noticia!”, esto me demuestra una dependencia por Dios al nivel máximo, literalmente esto es ser un esclavo de Jesús, dispuesto hacer su voluntad.

Ahora a través de los versículos 24-27 nos enseña algún principio súper importante para que nuestras vidas y relación con el Señor permanezcan estables hasta que ÉL venga.

1. Corre para ganar.- Esto significa avanza lo mejor que puedas hacerlo, no pensando que vas a caer, que no puedes, que es mucho para ti, etc. No, tu corre para ganar, cuando una persona corre para ganar solo va a crecer porque quiere estar adelante en la carrera en primer lugar y esta carrera no es una competencia entre Cristianos, es una competencia contigo mismo por mejorar cada día y ser más parecido a Jesús, correr para ganarle al pecado, a las tentaciones y a todo lo que satanás quiera traer a nuestras vidas… corre para ganar y ser un discípulo de Jesucristo y hacer que otros también lo sean.

2. Corre con propósito.- Cuando corras hazte la siguiente pregunta ¿Por qué estoy corriendo?, cuando uno corre sin un propósito como dice Pablo es como que da golpes al aire, en otras palabras corre por correr, no sabe a dónde va ni lo que quiere, es como un barco a la deriva. No hagas eso, corre con propósito y que tu propósito sea convertirte en un discípulo de CRISTO que lleve las buenas nuevas de salvación a otras personas.

3. Disciplínate.- Para correr es necesario aprender a disciplinar nuestro cuerpo para que todo lo que hagamos sea conforme a lo que Dios desea, disciplinar es aprender a controlar tu cuerpo, tener dominio propio para aprender a decir NO cuando el pecado acecha, recuerda nosotros no corremos por motivación, corremos por obediencia y disciplina porque amamos al SEÑOR, así que empieza a disciplinar cada parte de tu cuerpo, ten mucho cuidado que si no disciplinas tu cuerpo puede que después de predicarle a otros yo mismo sea descalificado, no dejes de disciplinarte.

Conclusión:

Corre la carrera de la fe, muévete lo mejor que puedas, pero no dejes de correr hacia la meta del supremo llamamiento.