Desde el comienzo de la historia, Dios le dijo al hombre que debe transmitir su palabra, leyes y principios de generación en generación hasta nuestra actualidad. Esta es la verdadera herencia que debe ser bien cuidada, pero sobre todo transmitida.

1 Corintios 15:1-2
"Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano."

Pablo fue instruido con la palabra de Dios, recibió el mismo mensaje sin alteraciones. Ese mismo mensaje fue heredado por los primeros cristianos, para luego ser transmitido con mucho cuidado a todos nosotros. Ese mensaje es el siguiente:

"Y si Cristo no resucitó, nuestra predicación es vacía, y también es vacía vuestra fe... Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos, y es el primogénito de entre los que dormían."

—1 Corintios 15:14, 20

Este pasaje nos recuerda la importancia fundamental de la resurrección de Jesús para nuestra fe. La resurrección es la prueba de que Jesús es el Hijo de Dios y que tiene poder sobre la muerte y la vida. Si Jesús no hubiera resucitado, nuestra fe sería en vano.

Por eso el apóstol dice que el evangelio que están recibiendo es fundamental para sus vidas. Deben permanecer en él, preservar su contenido y esencia. Vendrán dificultades, y Satanás intentará robarnos esta palabra (Jesús lo explica con la parábola del sembrador), pero debemos retenerla.

Por ese motivo, quiero animarte a cuidar esta herencia sobrenatural. Es nuestro deber retenerla y nuestra responsabilidad transmitirla con mucho cuidado a las demás generaciones. Dios te bendiga.

Deuteronomio 6:7-9 (Reina-Valera 1960)
"7 Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas."