1. Los ciegos reconocían que Jesús era el Mesías, hijo de David. Ellos podrán haber estado ciegos pero no estaba ciegos del alma. Ya que conocían la profecías del mesías y sabían que esa profecía se había cumplido en Jesús.

2. La petición de los ciegos no fue ser sanados sino: Ten misericordia de nosotros. Es más la dicen en plural, no hicieron su petición de forma individual sino en conjunto, porque donde 2 o más se ponen de acuerdo aquí en la tierra para pedir algo, el Señor lo hace.

La petición de ellos fue ten misericordia, y es que ellos estaban confiado en que sea que Jesús los sane o no, pueden estar tranquilos y confiados en que la misericordia de Jesús les dará lo que es mejor para ellos.

Cuando los 2 ciegos clamarón a Jesús, Cristo no los escucho y no se dió por enterado. Es más tuvieron que seguir clamando y siguieron a Cristo hasta su casa. Aunque era obvio que Jesús sabía que los iba a sanar y Jesús sabía su necesidad, pero no se detuvo al primer llamado por parte de ellos. 

Jesús quería probar la fe de los 2 ciegos y además quería enseñarles a ser persistentes en oración, a luchar por su milagro. Así es como Jesús nos enseña a orar sin desmayar.

Habrá momentos en los que le oras a Dios y aparentemente pareciera que Dios no te oye, pero tomemos la actitud de seguir creyendole a Dios y de ser persistentes en la oracion. Jesús va a responder en el tiempo que El considere adecuado.

La pregunta de Jesús fue ¿Creeis que puedo hacer esto? Y es que la fe mueve la mano de Dios. Muchos milagros ocurren o dependen de la fe que tengamos. Dios tiene el poder para hacer cualquier cosa, pero su poder se activará a medida que nosotros le creemos. Debemos pedir a Dios que tenga misericordia de nosotros pero a la vez debemos tener la fe en El.