Quizá estas expresiones te suenan familiares: ¿Por qué sucedió esto o aquello? ¡Esto no lo esperaba! ¡No era el momento para esto!, en fin, realmente nos sentimos identificados con ello, porque es parte de nosotros, pues no podemos controlar y organizar las cosas para que suceda como queremos, aunque podamos trabajar mucho en ello.

Ciertamente, en la vida cristiana una de las verdades más difíciles de aceptar es que Dios está bajo el control de todo lo que acontezca en nuestra vida y cuando digo TODO es TODO y lo recalco porque en algún momento de mi vida creí que eso no era posible, pensando que Dios no se ocuparía de las cosas tan pequeñas y que yo debía hacer eso, pues no, mi Señor lo tiene todo bajo su control. Ahora estoy convencida que todo lo que nos ocurre está bajo el control de Él y por lo tanto, contribuye a nuestro crecimiento y edificación espiritual. En teoría es una verdad que todos comprendemos, pero cuando estamos sufriendo en medio de las dificultades, nos cuesta aceptarla. Preferiríamos que Dios nos evitara las situaciones difíciles.

Me gustaría compartirles algunos principios que me ayudaron a entender que todo lo que me suceda es para mi bien:

1.      Dios me conoce desde antes que yo naciera.

“Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” Jeremías 1:4-5

Dios conoce todo sobre mí, me tiene esculpida en sus manos y sabe todo lo que acontecerá y es por ello yo me siento segura en Él. 

2.      Dios tiene planes de bien para mí.

“Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar” Jeremías 29:11

Al confiar en sus planes, sé que lo que ha de venir será de ayuda para mí en todas las áreas de mi vida.

3.       Dios está conmigo y me defiende. 

“Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada” Jeremías 20:11

Nunca estoy sola, no importa que pueda venir, yo se que El va conmigo donde quiera que yo vaya.

4.      Dios me librará de toda aflicción, porque habrá aflicciones.

“Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová” Salmo 34:19

De hecho, en el mundo habrá aflicción, habrá desierto, problemas e incluso enfermedad, pero de todo ello me librará Jehová, dice su Palabra.

La verdad que podría continuar con más principios donde Dios me muestra el por qué estar segura que “Todas las cosas están bajo el control de Él” y van a obrar para mi bien.

Finalmente, debemos tener paciencia en medio de la aflicción por comprender el propósito de Dios para nuestras vidas y saber que nos ama y que busca lo mejor para nosotros.

Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero. Esto quiere decir que el amor más grande de todo cristiano verdadero debe ser Dios mismo. Amar a Dios significa que no hay nadie más ni nada más importante por encima de Dios.