Una de las formas de poder saber cómo va a tu fe es a través de los problemas, los problemas son como el filtro para poder demostrar si nuestra fe es auténtica o pura palabrería, recuerdo una oportunidad hablando con un joven este dijo lo siguiente, “una cosa es hablarlo otra cosa totalmente distinta pasarlo”, y esta es la verdad, uno puede hablar pero otra cosa es estar en medio del problema, una cosa es decir hermano aun en el momento más difícil levanta tus manos y da siempre la gloria a Dios, que fácil es hacerlo cuando todo está bien, pero cuando todo va mal, realmente demuestra tu autentica fe, en el proceso que pasamos con mi padre cuando le dio cáncer puedo decir que realmente la fe es probada, lo único que uno quiere es reclamar, es hablar mal de Dios pero Dios es tan bueno que usa esos momentos para que nuestra fe pueda crecer aún más y pueda ser purificada como dice Pablo, en ese proceso aprendí a confiar más en Dios en depositar toda mi confianza en Él y saber que Él tiene el control de todo.

Muchos cristianos vuelven atrás porque su fe estaba colocada en un milagro, objeto, dinero, la solución de un problema, etc. Pero cuando tu fe está puesta en Dios, en Jesús nuestro Señor entiendes que Dios puede hacer lo que desee, y entiendes completamente algo que si Dios sana él es Dios y si no sana el continua siendo Dios, si abre una puerta él es Dios y si no abre la puerta sigue siendo Dios, nosotros no seguimos a Dios por lo que él pueda dar o hacer, seguimos a Dios por el gran sacrificio que hizo en la cruz del calvario para que nosotros seamos salvos y el milagro más grande es que somos salvos por su gracia y su un día tenemos que partir, entonces iremos adorarle por la eternidad.

Entonces no te rindas, no te des por vencido, pelea esta carrera por la fe, te espera una alegría inmensa aunque vengan las pruebas y desafíos confía en tu Dios, en que Dios tiene el control para ayudarte en el momento más difícil, estoy completamente seguro que aun los peores momentos Dios los usará para que sigas creciendo y depositando toda tu confianza en Él.

Conclusión:

No te des por vencido, lucha, pelea y cuando vengan los momentos difíciles mira la mano de Dios moverse en tu vida, siempre ve que es lo que Dios desea enseñarte, todo lo que pase tiene un propósito aprende a ser sensible al Señor.