Muchas veces se nos hace difícil obedecer algunas órdenes que no están de acuerdo con lo que nosotros quisiéramos hacer, cuestionando las órdenes que nos mandan a hacer.

David, era pastor de ovejas, pero recibió órdenes de su padre Isaí, para que fuera al campamento a ver a sus hermanos y llevara algunas provisiones.

 Veremos tres principios de fortaleza espiritual:

1. HUMILDAD. 

David no refutó el mandato de su padre Isaí, sino que con humildad de corazón obedeció la voz de su padre.

Como hijos de Dios, debemos aprender a reconocer y escuchar la voz de Dios, cuando a través de su palabra recibimos mandatos que debemos poner por obra sin cuestionar ¿Porqué hacer ésto o aquello? Leer, Lucas 19, 30_40.

2. MANSEDUMBRE 

Encontramos en la escritura a un David conforme al corazón de Dios ( 1 Samuel 13:14; Hechos 13:22) porque él buscaba constantemente a Dios; y en obediencia fue al campamento.

La mansedumbre, es uno de los frutos del Espíritu Santo de Dios, que como seguidores de Cristo debemos anhelar, para así estar en paz con nosotros mismos y con los demás, como dijo Jesús: aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y hallarán descanso para sus alma (Mateo 11:29)

3. OBEDIENCIA 

David obedeció a su padre sin cuestionamientos.

Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando (Génesis 27:8)

Hijos obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.( Proverbios 12:15)

• La obediencia tiene un tremendo poder, si nos sujetamos a la autoridad de Dios.

• El hecho de no obedecer trae desventaja cuando queremos el respaldo de Dios en nuestras luchas.

• La desobediencia no agrada al corazón de Dios.

• Dios es nuestro Padre y como hijos de Dios, seamos obedientes a su voz, busquemos agradar  al Señor en todo.